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El Pais y El MundoGenerales

Fue el mayor escándalo sexual de una maestra y un alumno en EEUU

Casados desde 2005, después que ella cumplió seis años de cárcel, la ex profesora Mary Kay Letourneau y su ex alumno Vili Fualaau concedieron una extensa entrevista a la televisión australiana en la que la pareja revela nuevos detalles de la relación y, sobre todo, cómo la ven al cabo de dos décadas

Ella tenía 34 años, y él, 12. Aunque la historia de Mary Kay Letourneau y Vili Fualaau se destapó en 1997, hace ya más de dos décadas, sigue siendo el escándalo más sonado de relaciones sexuales entre maestras y alumnos en Estados Unidos.

 

 

Ahora, en el programa Sunday Night, del Canal 7 de Australia, el periodista Matt Doranacaba de hacerles una excelente entrevista que arroja mucha luz sobre cómo ve la relación cada uno de ellos a estas alturas. Hablan juntos, por separado, y en presencia de sus dos hijas, Audrey, de 21 años, y Georgia, de 19.

 

 

Mary Kay Letourneau y su ex alumno Vili Fualaau entrevistados en el programa Sunday Night, del Canal 7 de la televisión australiana

El telón de fondo es un cuestionamiento esencial: ¿Estamos ante una historia de amor, o de algo muy diferente?

 

Doran le pregunta a Fualaau qué diría hoy si, como adulto de 35 años, pudiera darle algún consejo a aquel niño de 12 que era él mismo al principio de la relación.

 

«¡No lo hagas!», exclama el hombre, ríe y de inmediato comenta: «Aprendí que arrepentirse no es bueno y no me arrepiento, después de tener mis dos hijas y de todo lo que he vivido. Este es mi viaje por la vida, así que tengo que vivirlo».

 

Y es entonces cuando debe tenerse en cuenta que su padre se casó cinco veces y él tuvo 17 hermanos y hermanas.

 

 

Audrey Fualaau, de 21 an?os, y Georgia Fualaau, de 19, las hijas de la ex maestra Mary Kay Letourneau y el que fuera su alumno de sexto grado, Vili Faulaau

«Yo quería que mis dos hijas tuvieran a sus padres bajo el mismo techo, algo que yo nunca tuve», dice Fualaau, «así que lo hice por ellas».

 

Ahí está dicho todo: «Lo hice por ellas». No por él.

 

Para arrancarle esa confesión, el periodista tuvo que entrevistarlo aparte, en el lugar donde trabajaba, sin la presencia escrutadora de Mary Kay Letourneau.

 

Fualaau tiene recuerdos muy claros de cómo empezó todo.

 

«Recuerdo que ella era muy bonita», dice. «Creo que lo hice más por presumir delante de un primo mío, apostando porque alardeábamos con lo de las muchachas cuando éramos jóvenes. «Oh, le gusto a esa muchacha; mentira, tú no le gustas, apuesto a que ni siquiera sabes cómo se llama». Así que acepté la apuesta y empecé a buscarla».

 

 

Mary Kay Letourneau impartiendo una clase en 1996

Después la relación los acercó y él olvidó que se trataba solamente de una apuesta, afirma.

 

Cuando están juntos ante la cámara, los diálogos parecen darle la razón a quienes creen que ella, además de violar a su alumno de sexto grado, lo manipuló de niño y trata de seguir manipulándolo de adulto.

 

Más de una vez, al empezar a responder una pregunta comprometedora -si es que por fin alguna no lo es-, la mujer balbucea una o dos palabras y guarda silencio en espera que Fualaau diga algo que lo haga parecer comprometido, cuando en realidad suena distante.

 

Doran le pregunta si no cree que siendo ella la adulta, debería haberse apartado tempranamente de la relación. Ella responde que «por edad sí lo era, pero…» Y por «madurez», acota el periodista. «Pero usted no lo conoce a él», dice la mujer, se vuelve hacia Fualaau y le espeta: «¿Quién era el que mandaba?»

 

Al principio Fualaau no parece entender de qué se trata. «¿Que quién era el que buscaba al otro?», dice, y cae sobre los dos un penoso silencio.

 

Ella repite y vuelve a repetir la pregunta con una actitud desafiante. Es un momento muy tenso de la entrevista, al cabo del cual el entrevistado y el entrevistador concuerdan en una frase: «Esto es ridículo, sí, es ridículo».

 

Ella asume una actitud defensiva, como si fuera la víctima. «Está bien, está bien, di que fui yo la que fallé, fui yo la que fallé».

 

En otro momento, la mujer comenta que los niños de 13 años también son condenados como adultos y tienen sexo. En cuanto el periodista le dice que eso no exonera de responsabilidad a los adultos, ella empieza a martillear con una misma pregunta: «¿Tienen sexo?¿Tienen sexo?»

 

La ex maestra asegura no haber tenido la menor idea de que estaba cometiendo un delito. Simplemente no lo sabía, dice, y quienes la conocen pueden atestiguar que por su carácter nunca sería capaz de hacerlo.

 

 

«Pero usted se declaró culpable en el juicio», le recuerda Doran. «Sí, por recomendación de mi abogado para conseguir una condena menos severa», se justifica ella, «y traté de retirarlo cuando me di cuenta de que lo había hecho por coerción».

 

Nacida el 30 de enero de 1962 en Tustin, California, Mary Kay Letourneau estaba casada con cuatro hijos en el momento en que ella decidió tener relaciones sexuales con su alumno de sexto grado.

 

Su entonces esposo, Steve Letourneau, empezó a tener sospechas de infidelidad y descubrió decenas de notas que ella le mandaba a Vili. Hablaron, Mary reconoció lo que estaba pasando y le dejó claro que se trataba de un niño. Steve discutió el asunto con alguien de su familia, que a su vez lo reportó al Distrito Escolar, y en marzo de 1997 la maestra fue arrestada y procesada en corte.

 

La declararon culpable de dos cargos de violación de un menor y, mientras esperaba sentencia, dio a luz a la primera hija de Fualaau. El acuerdo con la fiscalía dejó la condena en seis meses de cárcel, tres de ellos suspendidos, y no tener contacto con el menor el resto de su vida.

 

Pero no pasó mucho tiempo antes de que un policía la sorprendiera con Faulaau mientras tenían sexo en un auto.

 

«Yo no sabía lo que estaba haciendo entonces», dice Faulaau en la entrevista de Sunday Night.

 

La mujer volvió a los tribunales. La misma jueza que antes le había impuesto una generosa sentencia, Linda Lau, la condenó a seis años de prisión, que Mary Kay Letourneau cumplió entre 1998 y 2004. Allí, en la cárcel, nació la segunda hija de Faulaau, que pronto se fue a vivir con su hermana en la casa del padre y de la abuela paterna.

 

Soona Vili, la madre del estudiante, demandó a la dirección de la escuela, acusándola de no supervisar correctamente a los profesores y de permitir la violación de un menor. Exigió dinero por los daños emocionales causados al niño y para compensar la responsabilidad financiera que había contraído con la manutención de dos hijas, pero la corte no estuvo de su lado.

 

 

La boda de Vili Fualaau y Mary Kay Letourneau

Al salir en 2004, la condenada le pidió a la jueza Lau que anulara la orden de restricción, y así fue. Adultos entonces los dos, Mary Kay Letourneau y Vili Fualaau se casaron en 2005.

 

En mayo del año pasado él pidió en la corte la separación legal del matrimonio, pero luego la solicitud fue retirada. En la entrevista con Matt Doran responde que no quiere hablar de eso. El programa del Canal 7 de Australia presenta una pareja que, como quiere él para sus hijas, vive bajo el mismo techo.

 

Nacido el 26 de junio de 1983, Faulauu trabaja en remodelación de casas y ocasionalmente como DJ en fiestas privadas y de empresas. No ha trascendido a cuánto asciende su fortuna personal, pero el año pasado la de ella se calculaba en USD 700.000.

 

Cuando el actual presidente francés estaba en campaña, la prensa comparó la pareja de Emmanuel Macron y Brigitte Trogneux, quien es 24 años mayor que él y al conocerlo estaba casada con tres hijos, con la de Mary Kay Letourneau y Vili Fualaau.

 

Trogneux ha dicho que nadie sabrá jamás en qué momento «nuestra historia se convirtió en una historia de amor», porque eso les pertenece y es su secreto.

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