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El cruel testimonio del actor Raúl Rizzo tras cuatro meses de internación: “Me hicieron una traqueotomía”

Cuatro meses de internación. Intubado. Una traqueotomía. Angustia. Dolor. A principios de febrero, Raúl Rizzo debió ser internado de urgencia tras ser diagnosticado con una neumonía bilateral, productor del agravamiento de su cuadro de COVID-19. Primero estuvo en una habitación común con mascarilla. Pero todo empeoró y debió ser trasladado a una sala de terapia intensiva, donde fue intubado.

 

Rizzo bajó más de 18 kilos y ahora se encuentra en plena rehabilitación. Pero sufrió mucho. Todo comenzó cuando el test de coronavirus le dio positivo. Con algo de fiebre, el actor pensaba encarar la enfermedad en su casa. Hasta que un día, mientras se bañaba, le bajó la presión y se cayó. Dos días el medico le dijo que lo iban a intubar.

 

“Fue una pesadilla”, dijo el actor de 73 años, en una entrevista. Y agregó: “Me internaron en el IMAC (Instituto Médico de Alta Complejidad) y a los dos días, el médico le dijo a mi mujer: ‘Su marido está muy grave y vamos a tener que intubarlo para que pueda respirar’”.

 

Y suma sobre lo que le sucedió: “Fue duro porque no alcanzó con la intubación y tuvieron que hacerme una traqueotomía. Así fui mejorando poco a poco, en el tema respiratorio. A los 17 días ya dio negativo el Covid, pero tenía una neumonía bilateral. Me sacaron de la zona de Covid, me llevaron a terapia intensiva y la pasé muy mal también. Fue terrible”.

 

Una vez fuera de la sala de coronavirus, a Rizzo lo dejaron en una cama de terapia intensiva para comenzar su recuperación. Pero debía estar sedado. En ese ámbito, casi inconsciente, Raúl la pasó muy mal: “Me daban muchos sedantes y tenía sueños alucinantes, pero yo creía que me pasaba de verdad. Era como vivir en un film de terror con algunos giros humorísticos porque soñaba que el Covid era un bicho grande, como una langosta con alas amarillas que se metía en la habitación”.

 

Y completó sobre esas pesadillas: “Yo llamaba al enfermero como loco y él venía con una rama en la mano y mataba al Covid con ramazos. Ahora, haciendo un análisis, me doy cuenta de que era mi pelea por vivir, que traducía desde el subconsciente en esa clase de sueños. Y tuve otras alucinaciones también. Eran imágenes muy fuertes”.

 

Por otra parte, Rizzo sufre las secuelas físicas que le dejó el coronavirus. No sólo perdió mucho peso sino también fuerza muscular. En ese sentido, contó: “Perdí casi 18 kilos. Entre los dos períodos de Covid y neumonía estuve internado 50 días en el sanatorio y después, dos meses en el Centro de Recuperación Nuestra Señora de Luján en Flores sur. Tenía las piernas que parecían dos banderas, no me podía parar. Perdí buena parte de la masa muscular. Era un desastre”.

 

Y agregó: “Poco a poco con el trabajo de kinesiología, kinesiología respiratoria, terapia ocupacional, psiquiatría, fisiatría, fonoaudiología, me recuperé. Hice un proceso muy rápido, terminé haciendo más de 15 minutos de bicicleta fija, trotando, haciendo ejercicios que me exigían bastante. Desde el punto de vista de la oxigenación pulmonar estoy bien aunque quedaron secuelas que se van a ir yendo con el tiempo. Pero estoy bien y me siento bien”.

 

En ese punto, Rizzo cuenta que hubo varios factores que lo ayudaron a sobrevivir a la enfermedad: “Me salvaron primero, mi mujer Paola (Tumino), que fue una leona pelando a mi lado, dándome ánimo, estando al pie de la cama cuando podía, me masajeaba los pies y su cara me daba tranquilidad aunque yo tenía un mal despertar, como decía la doctora que me atendía… (se ríe) porque los sedantes te colocan en lugares muy especiales, medio psicóticos y además tenía mucha confusión mental, falta de memoria”.

 

Y por otra parte dijo: “Me salvó toda la energía que pusieron mis amigos, mis compañeros actores, mis parientes. Descubrí cuánto me quieren y me emociono. Recibía mensajes de un amor y un afecto enorme. Me siguen mandando mensajes ahora, ya en casa. Hace un ratito, recibí uno hermoso de Ana María Picchio”.

 

Ya vacunado contra el coronavirus tras recibir la primera dosis de la vacuna Sinopharm, y a punto de inocularse contra la gripe y la neumonía, Rizzo cerró, sobre su milagrosa recuperación: “Estuve muy grave y creo que esa energía, mis ganas de vivir y diosito santo me dieron una mano. Mi habitación estaba llena de fotos de mis hijos”.

 

Y agregó, que lo llamaron de Telefe para sumarse a una novela y que prepara una obra de teatro: “Esta semana empiezo con terapia domiciliaria, kinesiología, clínico, neumólogo y foniatría con un amigo que es un gran foniatra, Carlos de Martino, para trabajar la respiración y la voz y mejorar aun más. Es la última etapa”. BigBang

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