La sexta edición de la Marcha comenzó en la Asociación Folklórica Riojana, ubicada en calle Pamplona del barrio San Vicente, con una fogata que templó las cajas de los chayeros, mientras estos, entonaban coplas y vidalas. Y se homenajeó a José Jesús Oyola y Quito Carballo, inmortalizados en los bustos ubicados frente a la asociación.
La marcha paró por primera vez en la tradicional chaya “La Barra del Arbolito”, ubicada en la calle Julio Cesar Corzo; luego a “La barra de la Virgencita”, sobre Av. Perón; recorrieron Av. Rivadavia para transitar por el centro de la ciudad mientras eran aplaudidos y reconocidos por los transeúntes y sumarse a los festejos, cuando por ejemplo, se cantó el “Carnaval en La Rioja” en la intersección de las calles Rivadavia y Buenos Aires.
La última parada de los Chayeros fue al ingreso de la Vieja Estación, donde está ubicado el Chayero Mayor, una estructura gigante, que fue homenajeada también por los vidaleros con coplas.
Pero sin dudas, el punto sublime de esta multitudinaria Marcha fue el arribo y posterior canto final sobre el escenario del Festival Febrero Chayero, que hizo explotar a la gente que copo la explanada de la Vieja Estación y en donde el cielo se cubrió de blanco y las coplas fueron el himno de los presentes.
El concejal y organizador de la Marcha explicó luego que «esta marcha nació a partir de la bronca, ya que en su momento no podíamos decir el nombre chaya por cuestiones legales y hoy podemos decirlo, porque es la característica de la riojanidad pura que traspasa todas las banderas y todos los colores”.
Además, el Organizador expresó que “el pueblo de La Rioja es un pueblo humilde, pero somos ricos en raíces y eso es lo que demostramos todos los años con la marcha”. Y agregó que “en cada marcha volvemos a decir somos todos iguales, por eso la copla dice que con un poquito de harina la vergüenza se nos tapa y hace olvidar lo que somos, casi un poquito de nada” agregó.