Muestras de cariño, emoción y algunas lágrimas derramadas, fue lo emocionante que se vivió ante el paso de la “virgen”.
Luego de este recorrido, el Pbro. Miguel Paredes, fue el encargado de oficiar, la santa misa, en la cual resaltó que Dios quiere que todos seamos luz, como sucedió cuando San Nicolás de los Arroyos, se conmocionó con la noticia de que en diversas casas de familias se iluminaban los rosarios.
Una vez más, la gente dio muestras de su devoción, cariño y respeto por nuestra madre María, que estuvo acompañada por la comunidad de los Peregrinos de María, quienes también, trajeron su imagen, la cual se sumó a la procesión.