Armenteros ha definido esta patología como aquella que sufren «pacientes con antecedentes de afectación generalmente leve o moderada en la fase aguda de la COVID-19, pero que pasadas cuatro e incluso 12 semanas, siguen presentando sintomatología muy variada, frecuentemente fluctuante e incapacitante, que no se explica por una enfermedad subyacente alternativa».
La SEMG ha publicado un estudio con el que, según indican, se pretende «aclarar el perfil clínico del paciente afectado por la persistencia de síntomas y definir dicha afectación clínica de una forma integral dentro de la historia clínica de los afectados». Para obtener los resultados realizaron una encuesta a través de Internet, de carácter voluntaria y anónima, entre el 13 de julio y el 14 de octubre de 2020.
Con este trabajo observaron que 1.834 de los más de 2.000 pacientes que respondieron «presentaban persistencia de síntomas». Desde la SEMG han señalado que el promedio de tiempo de la persistencia de los síntomas «fue de 185,8 días, es decir, 6,2 meses (26,5 semanas)». Además, han afirmado que en la investigación «no se detectaron diferencias estadísticamente significativas ni clínicamente relevantes en función de la realización de la PCR o su resultado, ni en relación con los síntomas ni el tiempo de su persistencia».
En estas dos tablas puedes ver los síntomas que han identificado.
Entre esos más de 200 síntomas relacionados con esta nueva patología, ha mencionado como los de mayor incidencia el cansancio generalizado, que afecta al 95 por ciento de los pacientes; el malestar general, también presente en el 95 por ciento de los casos; los dolores de cabeza (86%); alteraciones en estado de ánimo (86%); dolores musculares (82%); la falta de aire o disnea (78%); dolores articulares (79%); y falta de concentración o niebla mental en el 78 por ciento de los casos
«Hay otros muchos síntomas descritos con alta incidencia y que impiden a estos pacientes llevar una vida normal», ha añadido Armenteros en el debate online. Desde la SEMG han querido recordar que «a medida que ha evolucionado la pandemia de la COVID-19, la comunidad científica empieza a tomar conciencia de que esta infección es como un gran iceberg». Y han añadido: «En su zona emergida podemos encontrarnos con los pacientes que en la fase aguda de su enfermedad sufren graves complicaciones, que incluso ponen en peligro su vida».
Por otra parte, el doctor José Ramón Paño, investigador principal del Grupo de Investigación Clínica en Enfermedades Infecciosas del Instituto de Investigaciones Sanitarias Aragón que también ha participado en el debate junto a Armenteros, ha explicado que «esta pandemia está siendo una guerra sanitaria».Fuente: La Sexta