Llega a la Argentina una escuela de programación que se paga recién al conseguir un trabajo en dólares

Los estudiantes solamente pagan por su capacitación cuando aseguran un trabajo en el sector IT que supere los 1.000 dólares mensuales.

 

 

La programación es reconocida como una de las profesiones del futuro que más trabajo empleará en el mundo y podría romper la brecha en América Latina. Una nueva escuela propone no cobrar a los estudiantes por su formación. No es gratis: los alumnos pagarán la matrícula cuando consigan trabajo en dólares.

Se trata de Microverse, una escuela internacional fundada por el mendocino Ariel Camus y creada en Silicon Valley, oficializa su desembarco en la región para ayudar a corregir la brecha y conectar el talento latino con las mejores oportunidades.

El sistema educativo de Microverse está basado en un modelo de financiamiento innovador denominado Income Share Agreement (ISA), que es el eje de su éxito y su principal vehículo de confianza, porque la empresa no cobra si sus estudiantes no logran insertarse en el mercado internacional, ganando un buen sueldo en dólares.

Los estudiantes no pagan nada por adelantado. Solamente cuando aseguran un trabajo en tecnología que supere los mil dólares mensuales.

En ese momento, comienzan a pagar un 15% de su salario a modo de matrícula hasta cubrir el costo total de 15 mil dólares que cuesta su formación. Si dejan de trabajar en tecnología o tienen un salario menor a mil dólares, se suspenden los pagos.

“Quien egresa de Microverse solo va a estar pagando su formación mientras esté extrayendo un beneficio directo de su proceso con nosotros. Nuestros estudiantes son libres de decidir con respecto a su carrera y eso está contemplado en el esquema de repago”, agregó Camus.

Esta modalidad de estudio se basa en un programa de entrenamiento donde los estudiantes aprenden a través del trabajo conjunto con personas de otros países, en un entorno profesional que emula el de una empresa tecnológica.

En Microverse no hay clases ni profesores. Se aprende a través del desarrollo de proyectos entre pares, simulando dinámicas de trabajo remotos del mundo real.

Cada semana es un proyecto nuevo con un nuevo equipo de 3-4 personas de distintos países. El programa está enfocado en construir experiencias de capacitación colaborativas para desarrollar las habilidades necesarias para acceder a esos trabajos.

El modelo de Microverse

Es una experiencia inmersiva que requiere dedicación full-time, pero que otorga un gran abanico de recursos técnicos y profesionales.

“En 7 meses un estudiante forma parte de 30 equipos con más de 100 personas de distintos países, atraviesa todo tipo de desafíos tanto técnicos como interpersonales y se forma en las últimas tecnologías y prácticas profesionales de la industria”.

Al completar el programa técnico de 7 meses, los estudiantes se conectan con un mentor que los asiste en su proceso de búsqueda laboral.

De acuerdo a la firma, el 60% de los estudiantes aseguran un trabajo antes de completar el primer mes de búsqueda laboral. El 85% lo logra en menos de 3 meses.

Camus ideó el programa orientado a un objetivo muy concreto: formar desarrolladores globales de un nivel profesional distintivo, preparados para el trabajo internacional remoto en un sector altamente competitivo.

Los países de América Latina (y en particular Argentina) están muy bien posicionados para aprovechar este cambio, siendo que comparten huso horario con Estados Unidos (diferencial clave con respecto a otras regiones en vías de desarrollo), tienen buena infraestructura y una afinidad cultural con la forma de trabajar occidental. /Clarín

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