Marquinhos, Firmino (2), Carrasco (e/c) y Coutinho marcaron los goles. Su rival, demasiado inofensivo. Tite arrancó de diez el camino hacia Qatar 2022.
Redacción Diario De Cuyo
Si fueron cinco, pudieron haber sido seis. U ocho. La dimensión de lo que generó Brasil ante Bolivia pudo haber estado atado al desfase entre selecciones aunque no debe perderse de vista la construcción colectiva de Tite. Su equipo es solidario, trabaja en bloque y es implacable cuando cambia de velocidad. La suma de talentos, en cualquier caso, es su mayor virtud.
Existió una evidente falta de equivalencias entre Brasil y Bolivia. Farías asumió un riesgo demasiado alto al intentar jugar en 25 metros. Para tal repliegue hubiera resultado necesaria una sincronización que su equipo no tuvo: se mostró demasiado permeable y hasta endeble en lo físico –incluso hubo recuperaciones sorpresivamente sencillas de un rápido y quirúrgico doble pivote.
Con el 1-0 -Marquinhos cabeceó un centro de Danilo ante una permisiva liviandad defensiva- el partido ya estaba resuelto. Brasil incluso pareció regular cargas sabiendo que Weverton no sufriría e intentando sortear laberintos de medias negras.
Aunque a pesar de dosificar sus propios esfuerzos Brasil nunca cedió el control de la pelota, alcanzando cifras de posesión que por momentos superaron el 80% de tenencia. Dato reflejado en el segundo gol: una paciente combinación de derecha a izquierda que derivó en un centro de Renan Lodi que Firmino empujó. Pudo haber ampliado Coutinho, también Casemiro, aunque Lampe bloqueó ambos intentos en el primer tiempo.
El arquero no pudo evitar el doblete de Roberto F. Fue cuando el Scratch aceleró y abrevió en pocos toques una salida con posterior desequilibrio vertical de Neymar. El crack ensayó una pausa en velocidad -sí, él lo hace posible- y tocó profundo para Firmino. Ney, en su show, tuvo fintas inconclusas aunque indudablemente bellas, como la que remixó con caño, pisada, y que no llegó a ser gol por poco… Aunque su pase vía aérea para habilitar a Coutinho en el 5-0 fue tan valioso como un túnel.
Posiblemente Bolivia sea otra en La Paz. De por sí diezmado por cuestiones políticas -hubo clubes que no cedieron futbolistas para las Eliminatorias- al equipo le faltaron Marcelo Martins, Jaume Cuéllar, Alejandro Chumacero y Boris Céspedes. Un cuarteto que Farías reservó para jugar en el Siles ante Argentina. Allí jugará con el elenco completo y también con los ventajosos, cuando no aliados, 3.640 msnm. En el Arena de San Pablo no estuvo a la altura.