La conversión de Popeye: el sicario de Pablo Escobar cuenta su resocialización
La plataforma de series y películas Netflix estrenó el 1 de agosto Sobreviviendo a Pablo Escobar. Alias JJ, la serie que está basada en la vida de Jhon Jairo Velásquez Vásquez, conocido como Popeye, el jefe de los sicarios del mayor narcotraficante de la historia, el colombiano Pablo Escobar Gaviria.
En diálogo con radio Nihuil, Popeye habló de todo: sus años de encierro en las prisiones de alta seguridad de su país, en las que pasó 23 años y 3 meses para purgar sus delitos; su resocialización, la amistad que lo une con sus seguidores en las redes sociales y su lealtad absoluta a Pablo Emilio Escobar Gaviria, que lo llevó a asesinar a la única mujer que amó en su vida. Velásquez Vásquez fue acusado de cometer 300 asesinatos y de planificar alrededor de 3.000 delitos.
La reconstrucción de su vida bate récords de audiencias en Colombia y es una de las más buscadas en Netflix.
En las redes. Así se muestra hoy Popeye, quien se declara leal a su trabajo diario de resocialización y a su ya desaparecido jefe narco.
En las redes. Así se muestra hoy Popeye, quien se declara leal a su trabajo diario de resocialización y a su ya desaparecido jefe narco.
–»Popeye», ¿qué se siente ser tan famoso?, porque ya sos un personaje del mundo.
–A mí la gente no me admira por haber sido un asesino, ni el sicario de Pablo Escobar, a mí la gente me admira por haber logrado reinventarme, por haber dejado el crimen, por haber estado buscando una segunda oportunidad en los libros, en el cine, en las redes sociales, por trabajar muy duro. Éramos más de 3.000 asesinos de Pablo Escobar Gaviria, de los cuales quedamos 4 en el mundo. Estoy luchando honestamente y por el camino correcto. Con el trabajo duro y la disciplina se puede ser alguien en la vida. En Colombia, la serie tuvo muchísimos enemigos porque allí fue la guerra. Hubo más de 50.000 muertos. Estuvieron involucrados los 4 poderes del Estado (incluyendo la prensa). Los detractores que la serie tuvo en Colombia lo único que lograron fue levantarle el rating.
–Tenés mucha interacción en las redes sociales, sobre todo con adolescentes, que te tienen como un referente.
–Los jóvenes de hoy son diferentes a lo que eran en mi juventud. Los jóvenes de hoy no se comen cuentos. Yo hablo con la verdad, hablo muy duro en contra del gobierno de Colombia. Hablo muy duro en contra del gobierno de Venezuela, hablaba muy duro contra los Kirchner. Yo soy la voz de los que no tienen voz en las redes sociales, hablo de frente y no digo mentiras. No digo cosas políticamente correctas, sino que digo lo que pienso sin censuras. Los jóvenes me apoyan. La salvación del mundo son los jóvenes, que no vivieron esta guerra pero han ido conociendo la historia del cartel de Medellín, porque los jóvenes la tienen clara. El que no conoce su pasado está condenado a repetirlo.
–Vos estuviste 23 años y 3 meses en la cárcel. ¿Cómo le sobreviviste a Pablo Escobar Gaviria en las cárceles colombianas?
–Yo me entrego con Pablo Emilio Escobar Gaviria en la cárcel de la Catedral, me quedo con él allí 13 meses y medio, matamos a sus socios, Fernando El Negro Galeano y Gerardo Kiko Moncada –también asesinamos a William Moncada y a Mario Galeano–. Esto llevó a que el gobierno colombiano tratara de trasladarnos. Nos fugamos. Estuvimos 6 meses y medio en la cárcel, él me dio la orden y me entregué de nuevo. Estando en la prisión, y al morir Pablo, se me viene encima la CIA, la DEA, la policía colombiana porque hubo 500 policías muertos en las calles y 800 heridos. Se me vino el cartel de Cali, se me vinieron los paramilitares y la guerrilla.
Pablo Escobar junto a su sicario de confianza Popeye en la cárcel La Catedral.
Pablo Escobar junto a su sicario de confianza Popeye en la cárcel La Catedral.
–¿Cómo hiciste?
–Tuve que empezar a hacer alianzas, porque uno puede ser amigo de sus enemigos. Las prisiones colombianas son muy peligrosas porque no están estructuradas. En esa época dentro de las prisiones había revólveres, ametralladoras, granadas, dinamita, había de todo.
–¿Te quisieron matar en la cárcel?
–Sí claro. Balas, veneno, hubo de todo. Pero qué es lo interesante acá. Yo siempre he dicho que me preparé en la guerra del cartel de Medellín para sobrevivir a la guerra de la cárcel Nacional Modelo. ¿Cómo logré sobrevivir a todo esto? Yo estaba totalmente muerto. Por eso yo viví todo esto con disciplina, porque los estúpidos a la disciplina la llaman suerte.
–En tu libro contás que has tenido muchos amoríos con chicas despampanantes, ¿por qué creés que atraés tanto a las mujeres?
–Mira, la verdad es que yo he tenido mucha suerte con las chicas, y no soy lo que acá decimos muy «pinta pinta». Yo soy una persona agradable, no soy complicado, y hay mujeres que les gustan los bandidos, hay mujeres que les gustan los médicos, o los policías, los periodistas o los deportistas. Este mundo de la mafia tiene mucho esplendor en cuestión de dinero, y en cuestiones de la maldad. En verdad, Pablo Emilio Escobar Gaviria y nosotros aprendimos a respetar a las mujeres.
Jhon Jairo Velásquez Vásquez. Su historia fue recreada en una serie de Netflix que se acaba de estrenar.
Jhon Jairo Velásquez Vásquez. Su historia fue recreada en una serie de Netflix que se acaba de estrenar.
–Por lo que dice el libro y se ve en la serie, vos amaste a una sola mujer y la tuvieron que matar.
–Esto es parte de la locura de la mafia y el cartel de Medellín, que fue la única asociación criminal en el mundo que ha logrado arrodillar a un Estado, le ha hecho cambiar la Constitución para tumbar al presidente colombiano y la única que le ha dicho a un gobierno «usted me hace la cárcel aquí» en una montaña de Pablo Emilio Escobar Gaviria. En toda esa locura, el patrón tenía una amante, Wendy Chavarriaga Gil, una mujer espectacular. Las amantes del patrón no se podían quedar embarazadas, él se lo tenía prohibido. Ella se quedó embarazada, el patrón envía cuatro muchachos y un veterinario a sacar el bebé. Después Wendy me enamora a mí en una discoteca, y caigo como un bobo rendido a sus pies. El patrón empieza a investigar y se da cuenta de que me enamora a mí para llegar a él y vengarse. Ella estaba cooperando con la DEA y el patrón ordena ejecutarla.
–¿Y cómo hiciste, porque hay que tener agallas para eso?
–Mira, uno en la vida tiene que tener una sola lealtad y la mía era con Pablo Escobar Gaviria. Él amaba a sus guerreros y era muy humilde con nosotros, y nos tenía mucho respeto. Yo estaba totalmente enamorado de Wendy. Me metí con ella, tuve relaciones y amanecí en su departamento. El patrón estaba muy preocupado, por eso la investigó. Fue muy duro, pero el error fue mío. Y uno sólo puede ser leal a una persona.
–¿A quién le tenés lealtad hoy?
–A mí en las cárceles colombianas me reconstruyeron mis antivalores, como la ambición. Actualmente le tengo lealtad a mi resocialización, y le sigo siendo fiel a Pablo Escobar Gaviria, lo respeto. Mi lealtad es con mi hijo Mateo y con las personas que me apoyan en las redes sociales.
–¿Te has encontrado con los familiares de las víctimas?
–He tenido encuentros. Por ejemplo con Carolina, la hija de Diana Turbay Quintero, una periodista hija del ex presidente Julio César Turbay Ayala. La mujer fue secuestrada y ejecutada por el cartel de Medellín. Es difícil. Ayer me pasó algo muy complicado, me resguardé en un negocio porque comenzó a caer un aguacero terrible. Y una señorita me pidió sacarse fotos conmigo. Mientras, otra persona comenzó a gritar «¡cómo te vas a sacar fotos con un asesino!». Yo aguanté todo eso, porque fue lo que aprendí en la cárcel.
–¿Pero entendés a la gente que te insulta y te acusa de asesino?
–Sí, yo los comprendo en parte, pero empiezan a gritar como locos y como locas y no entran en un diálogo. Yo pasé 23 años en los calabozos más duros de las cárceles de Colombia. En una oportunidad estuve aislado 14 meses, a 50 grados, sin ventilador; en otra oportunidad pasé 12 años en la cárcel de Boyacá a 3.600 metros de altura. Estuve 23 años preso, los otros miembros del cartel de Medellín estuvieron 9. Pagué por mis crímenes más que ningún otro.