Los hechos acontecieron en la ciudad de Parma, Cleveland en Ohio, Estados Unidos cuando Vicky Barrett decidió adornar su casa con cuerpos muertos de una manera bastante explícita: uno de los «cadáveres» se encuentra embolsado, otro crucificado y una pequeña figura que emula a un niño empalado.
El problema es que la casa se sitúa cerca de una primaria y los niños se aterraron, porque en un primer momento, llegaron a pensar que dicha exhibición era con cuerpos reales, de hecho, los padres propusieron a las autoridades del condado que solicite a la mujer retirar su tétrico montaje.
Las autoridades dijeron que no podían hacer nada el respecto. Pero después de días de controversia Vicky tomó la decisión de retirar los «cadáveres artificiales» y negó que vaya a sustituir la decoración.