Apareció en su propio funeral y sorpendió al marido, que había mandado a matarla
Un hombre contrató sicarios con el encargo de matar a su mujer pero no cumplieron con el trato. La veló igual y ella apareció en su propio entierro.
El día de su propio funeral, Noela fue hasta su casa donde entraban y salían personas que iban a darle el pesame a su marido que había dicho que su esposa había muerto trágicamente en un accidente.
«Se quedó paralizado, mirándome, asustado y empieza a caminar hacia mí hasta que me alcanzó y me tocó el hombro. Entonces dijo: ‘Noela ¿sos vos?, relató la mujer. Y el hombre comenzó a gritar: «Lo siento por todo!.
El marido de Noela Rukundo pagó un depósito pero no la cuenta completa. Los sicarios vovlvieron a llamarlo y le pidieron otros 3.400 dólares australianos (35 mil pesos argentinos) para concretar el trabajo. Pero después de dos días Noela fue liberada (en ese momento estaba en su África natal) y pudo volver a Australia, donde reside.
«No vamos a matarte. Nosotros no matamos ni a mujeres ni a niños», le dijeron los sicarios a la mujer el día en que la secuentraron.
