La disparidad en la recaudación fiscal entre las provincias argentinas se ha convertido en un obstáculo significativo para su desarrollo. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recaudó 15 veces más por habitante que Santiago del Estero, revelando las profundas desigualdades en la capacidad fiscal de las distintas jurisdicciones.
Este informe destaca que la recaudación promedio en las 24 provincias alcanzará los 843.000 pesos por habitante en 2024, cifra que, aunque ha crecido desde 2010, presenta grandes diferencias según la explotación de recursos naturales en cada región. La administración nacional está promoviendo un cambio en el sistema de coparticipación federal, aunque, por el momento, no se prevén modificaciones en el régimen actual. En su lugar, se propone una “simplificación tributaria” que implicaría la eliminación de más de 20 impuestos de baja recaudación y la implementación de un “Super IVA” que permitiría a las provincias atraer inversiones mediante la reducción de la alícuota.
El análisis del Iaraf refleja que entre 2010 y 2024, la capacidad de gasto promedio por habitante varió considerablemente. En 2010, esta cifra era de 564.000 pesos, aumentó a 778.000 pesos en 2023, pero se prevé una caída a 693.000 pesos en 2024. Las jurisdicciones con menor recaudación en 2024 incluyen a Santiago del Estero, Formosa y Chaco, mientras que las que más recaudan son CABA, Neuquén y Santa Cruz.
La variabilidad en la recaudación entre las provincias es notable, con un coeficiente de 85 por ciento en 2024. La diferencia en la recaudación por habitante entre CABA y Santiago del Estero es de 1.365 por ciento, lo que subraya las desiguales oportunidades económicas entre las jurisdicciones. Sin considerar a CABA, esta variabilidad se reduce a 73 por ciento, evidenciando que la provincia de Neuquén también presenta una brecha significativa frente a Santiago del Estero.
El informe concluye que, a pesar de un aumento general en la recaudación real de ingresos brutos del 38 por ciento entre 2010 y 2023, se anticipa un descenso del 11 por ciento en 2024, influenciado por la caída en la actividad económica. Estos datos ponen de manifiesto la necesidad urgente de una reforma fiscal que contemple la equidad en la distribución de recursos entre las provincias argentinas.
