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El Gobierno evalúa mejorar las jubilaciones después del veto

Figuran varias opciones en el menú del Presidente, que paga el costo político de una medida controversial. Caputo estudia un bono de 70 u 80 mil pesos. No se descarta un aumento por decreto ni impulsar un proyecto del PRO

El Gobierno trazó una hoja de ruta para resolver el conflicto con el Congreso por las jubilaciones, aún a flor de piel. Allí figuran una serie de eventuales medidas, en un menú cuya aplicación dependerá de los próximos movimientos que realice la oposición frente al veto total de Javier Milei -no parcial, como esperaban los otros bloques. Acorralado -pero no preocupado, dicen en su entorno- el Presidente preparó distintas respuestas para las acciones que tomen el PRO, el kirchnerismo y el peronismo en los próximos días.

“Tenemos superávit. Podemos hacernos cargo del 8 por ciento. La cosa es cómo”, dijo un funcionario esta mañana. Quieren otorgar cierto nivel de recomposición para los mayores, pero especulan con los tiempos y las formas. Y, en el fondo, quieren evitar dar la impresión de que Milei dio el brazo a torcer.

Mientras se generan protestas en la calle (hoy hubo manifestaciones de jubilados frente al Congreso), se posterga la aplicación del veto que anunció la semana pasada Milei. Antes, incluso, de que se aprobara la recomposición con compensaciones que, según el Gobierno, es impagable y complica las cuentas fiscales. La redacción está bajo análisis de la abogada y secretaria de Planeamiento Normativo, María Ibarzábal, que responde a Santiago Caputo, recién regresado de vacaciones y activo en Casa Rosada.

Ayer decían que lo formalizarían ayer. Hoy aseguraban que será hoy. “Hay que pulir detalles, pero está al caer”, buscaron calmar impaciencias en Balcarce 50. Están recostados sobre el plazo técnico de 10 días que le otorga la ley, pero la urgencia es política: necesitan acelerar para que la sombra del “tema de los jubilados” los deje en paz y, sobre todo, no se empalme con la discusión por el Presupuesto, en septiembre.

Una vez que se aplique el veto, en los próximos días el Gobierno quedará a la espera de los siguientes movimientos opositores. Tras las amenazas de senadores y diputados de PRO, Hacemos y del kirchnerismo para frenarlo, son conscientes de que la oposición dura está en condiciones de reunir los dos tercios necesarios para que el Parlamento pueda insistir en la sanción de la ley. Lo cual ocurriría rápido: si bien no hay un plazo específico para lo haga, a la política le urge marcarle la cancha al Ejecutivo.

Envuelto en la adversidad, el Gobierno está en busca de “alternativas”. Como adelantó Infobae, se piensa en la posibilidad de habilitar informalmente a los legisladores de la principal fuerza aliada, PRO, para que presente un proyecto con el 8 por ciento que elimine las compensaciones y facilite la tarea. Pero sólo hubo tanteos muy por lo bajo: avanzan con pies de hierro porque no están decididos, y dudan sobre la reacción del otro lado.

Al mismo tiempo, no se descarta un aumento por decreto, acorde a las posibilidades financieras a las que dice estar sujeto el Gobierno (repiten que el 8 por ciento es viable). Para que esta opción prospere, deberían tener asegurado de antemano que la oposición esté de acuerdo, para adelantarse a que lo den por tierra como el DNU de fondos discrecionales para la SIDE que quería Caputo (el asesor).

Por último, el Gobierno tiene prácticamente decidido entregar un bono a los jubilados, pero evalúa, todavía, el impacto que tendría en las cuentas. “Va a ser de 70 u 80 mil pesos. Toto está analizándolo con Anses”, contaron en el entorno del Presidente en referencia al titular de Economía, Luis Caputo. Aunque ese anuncio no se haría junto al veto para evitar, una vez más, que Milei aparezca en la arena pública en la actitud defensiva y reactiva de un bombero, en lugar de un líder que toma la iniciativa

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