«Mientras los oficiales de nuestras Fuerzas Armadas esperan que el kirchnerismo se digne a tratar sus pliegos de ascenso, en la Comisión de Acuerdos de este Senado solo se trata la agenda de venganza e impunidad de la Vicepresidenta de la Nación», denunció Martínez.
Y continuó afirmando: «El pasado miércoles, reunieron la comisión sólo para aprobar los pliegos pendientes de jueces, fiscales y defensores -que ingresaron hace menos de 30 días- para garantizarse impunidad y condicionar al futuro gobierno. Pero los ascensos militares –que duermen en la comisión hace meses-, no forman parte de la agenda del kirchnerismo».
«Son casi cuatro años de destrato y demoras absolutamente injustificadas en el tratamiento de los ascensos militares. Todos los años, al igual que con la aprobación de los ejercicios militares, se dilata más allá de lo comprensible y justificable el tratamiento de los temas que interesan y requieren nuestras Fuerzas Armadas», indicó el legislador riojano.
Y alertó: «En los últimos dos años, el accionar de la Presidencia de la Comisión de Acuerdos durante el «des-tratamiento» de los pliegos de ascensos de los Oficiales Superiores de las Fuerzas Armadas fue realmente bochornoso, con incorporaciones «por la ventana» y «carpetazos» a diestra y siniestra, con engaños a este Senado incluidos y haciendo desaparecer misteriosamente en el dictamen algunos de los nombres propuestos en el mensaje del Poder Ejecutivo. Esto no solo tiene consecuencias directas sobre la carrera profesional de los oficiales militares involucrados, sino que, además, resienten severamente las cadenas de mando de las Fuerzas, lo que resulta absolutamente lamentable y perjudicial para Fuerzas profesionales e indiscutiblemente comprometidas con la democracia».
«Esperemos que este año podamos dejar aprobados los pliegos antes que culmine el período legislativo, asumiendo que en la república y el estado de derecho, hay instituciones que deben funcionar con relativa independencia y autonomía, acordes a la especificidad de su función en la vida pública, con sus culturas institucionales, sus tradiciones y sus valores. No se puede intentar partidizarlas ni corromperlas; debemos respetar tanto a las Fuerzas y como a los oficiales que forman parte de las mismas en su condición de «ciudadanos con uniforme», concluyó Martínez.