La turbina V164, un colosal molino de viento de 220 metros de altura con aspas de 38 toneladas y 80 metros de largo (poco menos que una cancha de fútbol), generó 216.000 kWh en solo 24 horas, durante su primera prueba, hace tan solo unas semanas. Lo suficiente para alimentar durante un día entero a 72.000 hogares estadounidenses promedio. O, visto de otra manera, una cantidad de energía capaz de alimentar por 120 años a un hogar promedio en Latinoamérica.
No obstante, es en Østerild, Dinamarca, donde la V164 está siendo evaluada, para su posterior comercialización a otros países en Europa.
Si bien las pruebas e instalación de la V164 datan de hace más tres años, cuando su fabricante, Vestas, empezó a desarrollar el modelo, recientemente se le ha mejorado a fin de alcanzar la producción de 9 megavatios (MW) de potencia nominal, mientras el promedio de turbinas instaladas offshore (en el mar) logran desarrollar entre 4 y 6 MW.
La producción alcanzada por la V164 en su primera prueba marca el récord absoluto en generación de energía eólica y refuerza la solidez del desarrollo de tecnologías en esa línea, y que aporten a modelos energéticos renovables.
Esta turbina fue desarrollada a fin de que las empresas generadoras de energía eléctrica abarataran sus costos de operación, administrando de esta manera menos molinos y alcanzando con ellos la producción demandada. Estas enormes turbinas tienen que fijarse a la plataforma continental, lo que aún encarece su uso en algunos lugares. No obstante, Dinamarca es el lugar donde mayores innovaciones se vienen dando en este campo. Tan solo en 2015, el 42% de la energía eléctrica que consumió el país provino de turbinas eólicas.