“La crisis puede empujar a millones de niños vulnerables al trabajo infantil”

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) declaró al 12 de junio como el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. El objetivo es lograr que ningún niño o niña se vean privados del acceso a la educación, la salud, la recreación y las libertades elementales.

Al respecto, la Secretaria de Trabajo, Miryam Espinosa sostuvo que “el trabajo infantil es una de las problemáticas más complejas que tenemos en el mundo contemporáneo, lamentablemente. Muchas veces, al trabajo infantil se llega por la pobreza, el desempleo de los padres, falta de oportunidades o violencia familiar”.

¿Cuál es la importancia que tiene el día mundial contra el trabajo infantil?

Miryam Espinosa: Se requiere una mirada, un abordaje y una ocupación de manera integral. Es un trabajo silencioso durante todo el año y, cada 12 de junio, se ha establecido una fecha central para hacer mayor hincapié en todo el mundo. Es un flagelo transversal a todas las Naciones y por ello –se hace hincapié en esta lucha contra el trabajo infantil- y también un dato que no es menor, en la protección del trabajo adolescente.

En nuestro país, la legislación del trabajo adolescente ha ido avanzando, tanto en prohibir que los niños trabajen, como proteger a los adolescentes que así lo hagan. En el caso de los niños, de detectarse el trabajo infantil, el empleador que estuviese haciendo uso del trabajo de un niño, puede hacerse pasible de una condena penal. La legislación argentina, precisamente la Ley 26.390, protege a la labor adolescente. Antes se podía trabajar desde los 14 años, actualmente, desde los 16 años. No obstante, el adolescente que necesite trabajar a esa edad debe estar protegido, es decir, puede trabajar hasta 36 horas semanales, debe tener la autorización del padre, madre, tutor o encargado, necesariamente debe acreditar que está yendo al colegio secundario. También, contar con un carnet o constancia de buena salud.

El trabajo infantil se puede encontrar muchas veces en razones sociales constituidas, también en épocas de cosechas o trabajo agrario. Además, en tareas de supervivencia donde no hay un patrón que le dé directivas, órdenes o condiciones laborales al niño.

¿Cómo se abordó en lo que va del año, la problemática del Trabajo infantil en la provincia?

M.E: Las actividades de estas organizaciones que luchan contra el trabajo infantil, se han limitado a los meses de enero y febrero, época de las cosechas en la provincia. Luego, y a partir de la Pandemia por el COVID-19, ha sido más restringido. Durante las cosechas, se han detectado casos donde adolescentes que trabajaban no reunían todos los requisitos formales. No obstante, las empresas fueron multadas, los adolescentes separados de las tareas de cosechas hasta que las empresas cumplieron con los requisitos legales.

La Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI), es presidida por la Secretaria de Trabajo y además forman parte también en esta tarea, otros organismos tales como los ministerios de Educación, Salud, Desarrollo Social, Secretaría de Derechos Humanos, también el ministerio de Trabajo de la Nación. Y entre los Sindicatos, se encuentra la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), el Instituto de Responsabilidad Social de la provincia.

¿Podría describir las políticas y visión futura, respecto del trabajo infantil y puntualmente adolescente?

M.E: Estamos ante una pandemia nunca prevista y tampoco deseada. Seguramente traerá consecuencias no deseadas en el mundo laboral y social. Habrá pérdidas de fuentes de trabajo. Será necesario que redoblemos los esfuerzos para que los niños hagan las tareas lógicas y naturales que deben tener a esta edad, es decir, estudiar y jugar. Para que tengamos en el futuro, adultos formados y, por ende, trabajadores capacitados para desarrollar su tarea.

La pandemia por el COVID-19 ha alterado casi todo el sistema laboral, entonces, para Ud., ¿en qué aspectos esta situación podría atravesar al trabajo infantil?

M.E: Como se dijo anteriormente, tras esta pandemia, es probable que surjan situaciones no deseadas en los aspectos laborales y sociales. Entonces, es ahí donde el Estado, tal como lo plantea el gobernador Ricardo Quintela, debe estar alerta y ocuparnos integral y articuladamente con los organismos mencionados. Podría deducirse un perfil netamente social para asistir a las familias y que los niños se dediquen a estudiar solamente y no ocupar una etapa de adulto.

Según un documento compartido por la Secretaria de Trabajo, “La pandemia de salud de COVID-19 y el consiguiente impacto económico y de mercado laboral, están teniendo un gran impacto en la vida y los medios de vida de las personas. Lamentablemente, los niños suelen ser los primeros en sufrir. La crisis puede empujar a millones de niños vulnerables al trabajo infantil, por lo que el estado debe estar alerta. Se estima que ya hay 152 millones de niños en situación de trabajo infantil, de los cuales 72 millones realizan trabajos peligrosos. Estos niños ahora tienen un riesgo aún mayor de enfrentar circunstancias aún más difíciles y de trabajar más horas al día”.

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