Finalmente, el empresario Lázaro Báez debió presentarse ante la Justicia para brindar explicaciones sobre el presunto lavado de dinero del que fue parte, y especialmente sobre el video en que puede verse a su hijo Martín y su contador Daniel Pérez Gadín contando enormes cantidades de dinero en la financiera SGI «La Rosadita».
Aunque el empresario se negó a responder las preguntas del juez Sebastián Casanello, presentó una declaración por escrito en la que afirma que dicho dinero tenía orígenes y destinos lícitos, y en la que cuestiona la decisión de la Justicia de imputar a su hijo. «No alcanzo a comprender el por qué mi hijo, que únicamente ha colaborado en mis negocios y bajo mis instrucciones, es también convocado en carácter de imputado», manifestó.
La explicación de Báez sobre el origen del dinero está basada en una serie de operaciones inmobiliarias y en la construcción de un complejo en Tortuguitas, que presuntamente fue la clave para su despegue económico. Según su declaración, estos movimientos son los que explican el aumento de su patrimonio de 650 mil dólares a seis millones y medio en cinco años.
«Mi rol de empresario me permitió una disponibilidad de fondos suficientes para desalentar cualquier presunción de ilicitud que se corresponda, únicamente como sucede en el caso, con el manejo de dinero. Lo que pretendo trasmitir a través de esta presentación a V.S. es que, reitero, soy un empresario importante», aseguró en el escrito.
Por otro lado, Báez negó rotundamente cualquier delito: «Niego haber participado en maniobras que implicaron legitimación de activos de origen ilícito y niego categóricamente mi participación -en cualquier rol que pueda ser considerado como un aporte relevante o no relevante- en algún tipo de negocio que involucre la comisión de delitos u otra modalidad espuria de celebrar o ejecutar contratos o de realizar transacciones o negocios ilícitos de cualquier índole», según consigna el documento publicado por el portal Infobae.
El empresario aprovechó la declaración escrita para manifestar sus quejas al proceso de detención y su citación a declarar, que lo sometió a una «grave situación de indefensión». También expresó su rechazo a las numerosas oportunidades en los que fue modificada la fecha en la que debía presentarse ante la Justicia, como así también la poca antelación con la que contó para ello.
Similares acusaciones realizó sobre el video de «La Rosadita» en el que puede verse a su hijo y su contador contando dinero, al tiempo que cuestionó la legitimidad con las que fueron obtenidas y reproducidas dichas imágenes. «No conozco el origen de las mismas. Carezco de la información respecto de datos esenciales como el modo y lugar dónde fueron conservados los soportes magnéticos que contienen las imágenes emitidas por los medios masivos de comunicación -se indica en el escrito- Tampoco sé bajo qué procedimientos se aseguró su fidelidad y su cadena de custodia», detalló.
Martín Báez, por su parte, también fue convocado ante la Justicia para prestar declaración indagatoria. Al igual que su padre, decidió no responder las preguntas de Casanello y presentar un escrito en el que también desestimó las imágenes publicadas de la financiera de Puerto Madero. «Nunca supe que dentro de las oficinas de SGI Argentina S.A. podría haber cámaras filmadoras que registrarían y guardarían las imágenes que se encuentran en debate. Si ello fue realmente así, quiero destacar mi absoluta disconformidad y que las mismas habrían sido obtenidas e incorporadas al proceso», aclaró.
Para concluir, Báez hijo exigió que clarifique cuál es concretamente la imputación en su contra y «contar con el tiempo suficiente para explicar y dar respuesta documentada sobre la misma», concluyó.