La reforma laboral de Milei quedó más cerca de convertirse en ley, pero hay dudas sobre algunos artículos que irritan a la CGT
Se espera un fuerte debate en la oposición dialoguista luego de que la versión de la Ley Bases aprobada por el Senado incluyera la penalización contra los bloqueos sindicales y cambios clave en la Ley de Contrato de Trabajo. Cómo están las posiciones
La “modernización laboral” que impulsa el gobierno de Javier Milei quedó más cerca de convertirse en ley, aunque la duda en estas horas es si la Cámara de Diputados avalará los cambios que incorporó el Senado. Ante la insistencia de la CGT en cuestionar algunos artículos de la Ley Bases, se espera un debate en la oposición dialoguista para definir su postura: ¿mantendrá el diputado Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, su rol de operador político del sindicalismo?
El legislador rionegrino fue el principal artífice de que, en abril pasado, se eliminaran 42 artículos de la versión original de la Ley Bases que irritaban a la dirigencia sindical. Así, el proyecto que trató Diputados tuvo sólo 17 de los 58 artículos de la reforma laboral que promovía originariamente la Casa Rosada. Con las modificaciones quedó a salvo la “caja sindical” porque se quitó del texto la limitación a las cuotas solidarias, clave del financiamiento de los gremios con los aportes de todos los trabajadores, no sólo de los afiliados, y se suprimieron la limitación de la huelga en servicios esenciales como la educación; la modificación de la ultra actividad de los convenios colectivos y la penalización de las asambleas que se convierten en paros encubiertos, entre otros puntos.
En contacto permanente con la dirigencia gremial, la consigna que enarboló Pichetto ante sus pares para facilitar la sanción de la Ley Bases en Diputados fue muy clara: “No incluir nada que afecte a la CGT”. Aun así, la cúpula cegetista objetó artículos que se salvaron de la poda como, por ejemplo, el que crea la figura del “trabajador independiente” que puede tener a su cargo hasta otros 5 “trabajadores independientes” para llevar adelante un emprendimiento productivo y otro que incluye el “agravamiento indemnizatorio por despido motivado por un acto discriminatorio”, pero no establece una “reparación integral” de la cesantía y “no determina la reinstalación” del trabajador.
El problema para los diputados que buscan congraciarse con la CGT es que el Senado incorporó en la iniciativa modificaciones que volvieron a poner en alerta al sindicalismo. Uno de los agregados votados en la Cámara Alta, propuesto por los senadores de la UCR, es la penalización de los bloqueos sindicales al considerarlos “grave injuria laboral”, una figura que les da a los empleadores amplias facultades para despedir con causa a trabajadores que participan de ese tipo de medidas.
En realidad, al que más le puede preocupar que el bloqueo sindical sea causal de despido con causa es a los Moyano, que han hecho una marca registrada de esas protestas extorsivas que algunos jueces consideraron un delito, o a la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA), liderado por Héctor ”Etín” Ponce, otro de los sindicatos, como Camioneros, que con esas acciones atormenta a las empresas del sector. Tanto en el DNU 70 como en la primera versión de la Ley Bases había dos artículos muy duros contra los bloqueos que el Gobierno accedió a quitar del proyecto que se discutió en Diputados en busca de consenso político.
Pero en el dictamen aprobado en el Senado el oficialismo vetó un pedido de los senadores radicales mucho más duro que el propuesto por el Gobierno en el DNU 70: prohibir directamente las cuotas solidarias que ayudan a financiar la “caja sindical” cuando antes sólo se limitaban al exigir el consentimiento expreso de los trabajadores para que se les descontara del sueldo ese aporte.
Sin embargo, el Poder Ejecutivo accedió a incluir un artículo “anti-bloqueos” impulsado por el radicalismo que dice: “Podrá configurar grave injuria laboral, como objetiva causal de extinción del contrato de trabajo, la participación activa en bloqueos o tomas de establecimiento. Se presume que existe injuria grave cuando, durante una medida de acción directa: a) se afecte la libertad de trabajo de quienes no adhieran a la medida de fuerza, mediante actos, hechos, intimidaciones o amenazas; b) se impida u obstruya total o parcialmente el ingreso o egreso de personas y/o cosas al establecimiento; c) se ocasionen daños en personas o en cosas de propiedad de la empresa o de terceros situadas en el establecimiento (instalaciones, mercaderías, insumos y materias primas, herramientas, etc.) o se las retenga indebidamente. Previo al distracto, el empleador debe intimar al trabajador al cese de la conducta injuriosa, excepto en el supuesto de daños a las personas o cosas”.
Aunque el sector dialoguista de la CGT no practica con frecuencia ni defiende los bloqueos que puso de moda Camioneros, podría activar su línea directa con Pichetto para impedir que ese artículo sea parte de la ley que aprobará Diputados. Pero también hay movimientos en favor de ese punto que surgen desde las pymes y el PRO, que ya buscan sumar apoyos para evitar que sea eliminado.
Para el Gobierno, de todas formas, lo importante es que se conviertan en ley los puntos que considera centrales de la “modernización laboral”: la eliminación de las multas laborales por empleo no registrado y falta de pago de las indemnizaciones por despido, la creación de un sistema indemnizatorio para los nuevos trabajadores como el Fondo de Cese de la UOCRA, de manera optativa y mediante el convenio colectivo, y la extensión del período de prueba de los trabajadores a 6 meses, ampliable hasta un año si se acuerda por convenio colectivo. En este último caso, el Senado incluyó un cambio que resistirá el sindicalismo: “Cualquiera de las partes podrá extinguir la relación durante ese lapso sin expresión de causa, sin derecho a indemnización con motivo a la extinción”.
En materia laboral, además de defender el artículo “anti-bloqueos”, hay varios diputados opositores que intentarán reunir los votos para reinstalar la derogación de viajantes de comercio, uno de los artículos que, a través de las gestiones de Pichetto, se eliminó a pedido del sindicalismo.
¿Qué hará la CGT ante la posibilidad cierta de que la Ley Bases sea convalidada por Diputados y la “modernización laboral” sea una realidad? Pablo Moyano ya anticipó que volverá a movilizarse ante el Congreso para presionar a los legisladores, mientras el ala dialoguista de la central obrera mantendrá seguramente su decisión de dejar en libertad de acción a los sindicatos para salir a a calle, aunque, por más que no lo reconozcan, está conforme con el desguace que sufrió la reforma laboral libertaria.
El líder de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), Andrés Rodríguez, secretario adjunto cegetista y exponente del dialogismo sindical, admitió en diálogo con Infobae: “Como somos respetuosos de las decisiones del Congreso, la CGT había decidido no movilizarse producto de que muchas de las tratativas que modificaron el espíritu de la reforma laboral y del empleo público se lograron a partir de negociaciones”.
Es que, además de los 42 artículos recortados en la reforma laboral de Milei, la CGT logró que se atenuaran restricciones para los trabajadores del sector público que estaban en la versión de la Ley Bases aprobada en Diputados: según el texto votado por el Senado, que avalará probablemente la Cámara Baja, el ejercicio del derecho de huelga en el Estado no dará causa a ningún tipo de sanción administrativa y, para alivio de los sindicatos estatales, ya no hará falta que los no afiliados deban autorizar de manera previa y expresa a que se les descuente la cuota solidaria.