El Instituto Geofísico de Perú (IGP) reportó un sismo de magnitud 4.5 el jueves 13 de noviembre, con epicentro en la ciudad de Ocoña, ubicada en la provincia de Camaná, en el departamento de Arequipa. El movimiento telúrico se registró a las 04:04 horas (hora local) y se originó a aproximadamente 33 kilómetros al noroeste de Ocoña, con una profundidad de 79 kilómetros.
Según la información proporcionada por la Red Sísmica Nacional, la intensidad del sismo fue clasificada entre III y IV, lo que indica que fue un movimiento ligero que no causó daños significativos. En consecuencia, se emitió un alerta de color amarillo, dado que los sismos en este rango de magnitud son considerados moderados. Para referencia, el color verde se utiliza para movimientos menores a 4.4, mientras que el rojo se asigna a terremotos superiores a 6.1.
Las escalas de intensidad de los sismos permiten clasificar los movimientos de la siguiente manera: I se considera “no sentido”, II-III son “débil”, IV es “ligero”, V es “moderado”, VI es “fuerte”, VII es “muy fuerte”, VIII es “severo”, IX es “violento”, y X+ se refiere a movimientos “extremos” que provocan daño cuantioso.
El CENSIS del IGP obtiene sus datos de la mencionada red sismológica, que está compuesta por una serie de sensores de velocidad, aceleración y desplazamiento distribuidos a lo largo del país.
Perú se ubica en una región conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que alberga alrededor del 75% de los volcanes del mundo y es el sitio donde ocurren aproximadamente el 80% de los sismos más fuertes a nivel global. Este anillo de volcanes y actividad sísmica incluye partes de Argentina, Chile, Ecuador y otras naciones hasta llegar a Nueva Zelanda.
La constante actividad tectónica en Perú se debe a la colisión entre la placa tectónica sudamericana y la placa de Nazca, lo que genera tensiones que se liberan en forma de terremotos, además de la presencia de varios volcanes en la región.
A lo largo de su historia, Perú ha enfrentado sismos devastadores que han causado pérdidas humanas y daños materiales significativos. Eventos como el terremoto de Ancash en 1970, que dejó miles de víctimas, siguen siendo recordados por su impacto en la sociedad peruana.
