Hoy se dio inicio al jury de enjuiciamiento contra el suspendido juez de Mar del Plata, Martín Poderti, quien enfrenta acusaciones por la desaparición de 144 monedas de oro que se encontraban bajo su custodia en una caja de seguridad del juzgado. Esta situación podría llevarlo a la destitución.
Durante la apertura, Poderti se mostró visiblemente afectado y llegó a romper en llanto al mencionar el impacto que el caso ha tenido en sus hijos. “El mayor perjudicado no soy yo, sino mis hijos. No voy a renunciar ni ir a un juicio abreviado y si me quieren meter preso por algo que no hice, quedará en la conciencia de cada uno”, expresó con voz entrecortada.
Los hechos por los cuales se le imputa a Poderti ocurrieron cuando se desempeñaba como secretario en el Juzgado Federal de San Isidro. Actualmente, es parte de un tribunal oral en Mar del Plata. La instancia del jury se lleva a cabo en el edificio del Consejo de la Magistratura, donde Poderti fue defendido por su abogado Gastón Marano.
La acusación está encabezada por el camarista Diego Barroetavena junto a los senadores Luis Juez y Eduardo Vischi. El jury está conformado por diversos miembros, entre ellos camaristas y legisladores. La acusación sostiene que Poderti muestra un claro mal desempeño debido a su responsabilidad en la custodia de las monedas que desaparecieron.
Según la acusación, Poderti era el único con acceso a la caja de seguridad donde se guardaban las monedas y tenía las dos llaves necesarias para abrirla. Se mencionó que ingresó 19 veces a la caja sin dejar constancia de su intervención, incluso durante períodos de licencia. Un peritaje bancario determinó que la caja no había sido forzada.
Como resultado de estas acusaciones, la Justicia penal ya tiene a Poderti procesado por malversación de caudales públicos, un fallo que ha sido ratificado por la Cámara Federal. La acusación describe la evidencia como “directa y contundente”, lo que implica un “quiebre de la confianza pública” y una evidente “pérdida de idoneidad” para ejercer su cargo.
La defensa de Poderti, a cargo de Marano, argumentó que los hechos ocurrieron cuando el juez no había sido designado y que por lo tanto, no deberían ser juzgados en un contexto político. Además, planteó la posibilidad de que otros individuos pudieran haber sustraído las monedas en cuestión.
Marano también defendió el patrimonio de Poderti, afirmando que no hay evidencia de enriquecimiento personal y sugiriendo que podría haber sido víctima de represalias debido a su trabajo en causas sensibles contra el narcotráfico.
En su declaración, Poderti admitió haber ingresado a la caja de seguridad, pero negó haber sustraído las monedas. “Entregué las llaves voluntariamente y no sabía del faltante”, enfatizó, añadiendo que su trayectoria judicial siempre ha sido intachable y que ha sufrido ataques mediáticos que han afectado a su familia.
El jury ahora evaluará si la falta de custodia y control de las monedas constituye un mal desempeño suficiente para destituirlo, incluso si el delito aún no está firme. La discusión no solo involucra aspectos penales, sino también cuestiones éticas e institucionales sobre confianza e integridad en el ejercicio del poder judicial.
