La Policía recibió un llamado anónimo avisando que en una vivienda del paraje La Dormida se encontraba un nene llorando asomado a la ventana de una humilde construcción. Cuando llegaron al lugar del hecho, el menor estaba atado y acompañado por una tía, dos hermanos de tres y seis años y un perro.
La madre del niño, de 43 años, lo había atado en la cintura con una soga que a su vez estaba amarrada a un alambre de púas enganchado en el marco de la ventana. La razón que utilizó su progenitora fue que “no le hacía caso” por lo que no podía llevarlo al río ya que era un peligro.
Por tal motivo el pequeño debía cumplir 14 días de castigo según su mamá, quien fue trasladada a la Comisaría Primera del Menor y la Mujer acusada por supuesto delito de privación ilegítima de la libertad.