Una cama, una mesa de luz y una frazada: la primera noche de Boudou en Ezeiza

Tras declarar ante Lijo, le tomaron las huellas y lo enviaron a la unidad médica del penal para hacerle estudios.

 

Todo comenzó después de las 6. A Amado Boudou le tocaron el portero de su departamento del complejo de Madero Center: era un grupo de efectivos de la Prefectura Naval. En sus manos, uno de los oficiales llevaba la orden de detención. Las imágenes difundidas lo mostraron en pijama, descalzo, mientras se le comunicaba que el juez Ariel Lijo había decidido su prisión preventiva en el marco de la causa por enriquecimiento ilícito. El día lo terminó durmiendo, por primera vez, en una unidad penitenciaria federal.

 

 

Después de declarar en el tercer piso de Comodoro Py, donde se encuentra el despacho del juez Lijo, el ex vicepresidente de Cristina Kirchner sostuvo que había sido detenido de forma «arbitraria e ilegal». Pidió su excarcelación y la nulidad de la medida. Su indagatoria, rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad, concluyó después de las 15.30.

 

 

 

Esposado y con chaleco antibalas, Boudou fue trasladado a la Unidad Penitenciaria 29, ubicada en la planta baja del edificio de Tribunales. Allí, después de un rato comió un pastel de papa que le ofreció el personal del Servicio Penitenciario Federal. Se mostró tranquilo, pero no omitió quejarse por las imágenes que circularon mostrándolo detenido.

 

 

Pese a haber estado varias veces en Comodoro Py para declarar en distintas causas – incluso en un juicio oral- Boudou nunca había permanecido tanto tiempo en el edificio.

 

 

 

En la UP 29 se le realizaron los controles médicos de rutina y se formalizó su ingreso al Servicio Penitenciario Federal: esto incluyó la toma de huellas dactilares, la fotografía y el estudio socio ambiental.

 

 

A la noche, bajo un fuerte dispositivo de seguridad junto a su socio y amigo José María Núñez Carmona el ex vicepresidente fue trasladado del Hospital Penitenciario de la cárcel de Ezeiza.

 

 

 

Lejos de la comodidad de la que disfrutó la última década, en su departamento de Puerto Madero, Boudou pasó la noche en una pequeña habitación, individual del HPC. Su cama, una mesa de luz y una frazada son los únicos elementos con los que contó.

 

 

Por primera vez, el ex vice de Cristina Kirchner durmió en prisión, en un lugar donde las luces no se apagan del todo, y se activan a la noche «luces de sueño».

 

 

 

Si bien Amado Boudou y su ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, quedarán alojados, en principio, en penitenciario diferentes, ambos integrarán el programa de «Intervención para la Reducción de los Indices de Corruptibilidad (IRIC)», destinado a los presos por causas de corrupción. Se trata de un sistema que dispuso la actual administración para evitar que los agentes penitenciarios sean «tentados» por detenidos con capacidad económica para que mejoren sus condiciones en la cárcel.

 

 

Mientras Boudou declaraba ante el juez Lijo, De Vido recibió el alta médica de los médicos del Servicio Penitenciario Federal y fue trasladado al penal de Marcos Paz. Allí se encuentran el cuñado del ex ministro, Claudio «Mono» Minnicelli, su ex mano derecha, Roberto Baratta, y el contador de Cristina Kirchner, Víctor Manzanares.

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