La intendenta Inés Brizuela y Doria hizo esta mañana un fuerte llamado a la unidad de los riojanos en el discurso que pronunció tras el toque de diana de honor que escuchó de parte de la banda del Regimiento 15 en las escalinatas de ingreso del Palacio Municipal Ramírez de Velasco. A las 7 de la mañana, dieron inicio los actos conmemorativos por el 341 aniversario de la fundación de la ciudad.
La Intendenta dijo:
Nuestra ciudad de todos los Santos de la Nueva Rioja cumple hoy 431 años.
A lo largo de la historia la Ciudad de La Rioja ha sido descripta por cronistas y escritores como LA CIUDAD DE LOS NARANJOS, ya que había grandes fincas de naranjos; además de ser el árbol que adornaba patios, zaguanes y calles. De allí que nuestros poetas la bautizaron CIUDAD DE TODOS LOS AZAHARES.
Hoy vibramos juntos por NUESTRA RIOJA, hoy se nos infla el pecho por nuestra pertenencia a esta CIUDAD que amamos, que vivimos con intensidad, que añoramos no más alejarnos unos kilómetros; esta ciudad a la que siempre queremos volver para encontrarnos con los nuestros, para sentir sus aromas, para degustar sus sabores, o simplemente para despertarnos mirando el Velasco que nos abraza y nos cobija, y nos hace saber que estamos en casa.
Como todas las ciudades del mundo, la nuestra también, es producto de un consenso humano no escrito, que va más allá de leyes, ordenanzas e instituciones. Ciudad es ESTAR JUNTOS, es convivir, es poner la paz como valor fundamental, es identificarse en el otro, es encontrar el sentido en todas las cosas que nos pasan.
Nuestra Rioja es CIUDAD DE ENCUENTROS, pero también de tensiones y luchas, por buscar ese destino común que a veces nos cuesta tanto, pero que sin embargo puede sobreponerse a las contradicciones de conquistadores y conquistados, de vencedores y vencidos, a las grietas entre los que piensan distinto porque están a favor o en contra de algo, porque como dice nuestra cantata: «amamos salvajemente la tierra» y sabemos cuándo ella y el destino común de sus habitantes nos necesitan juntos.
Hoy volvemos a encontrarnos en un mismo ámbito, EN ESTA PLAZA VIEJA, imperturbable mirador hacia el pasado, CON LA EMPECINADA PERSISTENCIA DEL AROMA DE AZAHARES, como la describe tan bien el ilustre riojano RML. Nos encontramos después de haber transitado la parte más dura de una pandemia que no termina de dejarnos, que todavía acecha, pero ya sin la letalidad que nos puso a todos en peligro.
Volvemos a encontrarnos y valoramos más el poder compartir un abrazo. El encuentro, más allá de las diferencias tiene consecuencias positivas, nos permite buscar ese camino común a partir del reconocimiento de que cada uno de nosotros tenemos verdades a medias, transitorias, que se nutren de la opinión diversa.
No por casualidad el gesto del ENCUENTRO está presente en las dos celebraciones más importantes que compartimos: el Tinkunaco y la Chaya; donde lo religioso y lo profano se enlazan de una manera que solo ocurre en nuestra Rioja, en este pueblo que, como dijo el querido poeta Héctor David Gatica, «sigue andando y desandando la suerte de su destino».
Tal vez porque ello simboliza que lo importante no está en acrecentar las diferencias, sino en resaltar las coincidencias que nos hermanan y que nos han atravesado a lo largo del tiempo como el culto a las divinidades diaguitas, al agua que nos da vida y a la que debemos cuidar desde nuestros cerros hasta nuestros ríos; a la Pacha mama, a la que debemos honrar en cada gesto que hacemos como vecinos, cuando decidimos, por ejemplo, qué hacer con nuestros residuos para no seguir incrementando basurales, o como Estado con las políticas ambientales que sostenemos para protegerla y cuidarla para las futuras generaciones.
Todo esto enlazado maravillosamente con la fe inquebrantable en Dios y en todos los Santos que le dieron nombre a este nuevo enclave, que por decisión propia y sin diferencias ha tomado como su Alcalde al Divino Niño Jesús.
El desencuentro nos debilita, nos priva de la mano solidaria, del afecto que nos mantiene vivos. Soy una convencida del poder del diálogo, del diálogo sincero, el de mirada larga que permite filtrar las mezquindades e ilumina el camino sobre los temas importantes que tenemos que encarar, los que tienen que ver con la vida y la libertad de las personas para que puedan desarrollar su potencial de trabajo, generar oportunidades para otros, tender esa mano que sostiene y alivia las cargas en el camino, educar a sus hijos en un entorno sano y creativo y apostar siempre por el crecimiento colectivo.
En este nuevo aniversario, NOS PIDO A TODOS que nos demos una vez más, como nos lo dimos tantas veces en la historia, una oportunidad para tender puentes, para construir en conjunto.
Atravesamos momentos muy complejos, el pesimismo extremo cala hondo en nuestra sociedad; la falta de recursos y asfixia financiera que golpea al Municipio y ahora también a la Provincia, reaviva los más vigorosos reclamos por el tan declamado y poco practicado FEDERALISMO.
En momentos difíciles como los que atravesamos, es cuando más firme debe estar nuestro carácter para asumir el compromiso ético con nuestro pueblo de trabajar respetándonos, comprendiéndonos, poniendo por delante el bienestar general, para que nuestras conductas como gobernantes sean el gesto que necesitan vecinos y vecinas para saber que llevar una vida modesta y de trabajo nos garantiza un mejor futuro para todos.
Estos son los valores que nos guían y que queremos para nuestra ciudad, un escenario heterogéneo para que convivamos, trabajemos y disfrutemos las cosas que nos unen.
Celebro con ustedes este nuevo aniversario, y es mi deseo que el sentimiento de riojanidad que hoy nos une y nos envuelve a todos, perdure empecinadamente cada día del resto del año, para que podamos por fin, avanzar juntos hacia nuestro destino de grandeza.
¡FELICES 431 AÑOS, AMADA CIUDAD DE LA RIOJA!
FELIZ CUMPLEAÑOS A TODOS LOS QUE SOMOS PARTE DE ESTE PUEBLO.
GRACIAS.