Hace una década se compraban 32 kilos de asado con $1.000; ahora solo un kilo
Los argentinos ya están acostumbrados (o tal vez resignados) a convivir desde hace décadas con la inflación. Comparar los precios de hace 10 años con los actuales puede ser un ejercicio tan simple como devastador que demuestra no solo cuál fue la pérdida del valor de nuestra moneda, sino la de nuestro salario.
Desde que Argentina salió de la convertibilidad implementada en el gobierno de Carlos Menem, el país volvió a enfrentarse a dos problemas económicos frecuentes a lo largo de su historia: la inflación y la volatilidad del dólar oficial.
Para demostrar la catastrófica devaluación del peso argentino se puede hacer una triste comparación.
En 2012, con 1.000 pesos, por ejemplo, se podían comprar 32 kilos de asado surtido ($30,99 por kilo). Con ese monto hoy solo apenas alcanza para 1 kilo y 100 gramos de asado ($899 el kilo).
En tan solo diez años la comida predilecta de los argentinos tuvo un incremento de 2800%.
La pérdida del poder adquisitivo fue progresiva, pero se intensificó en los últimos años donde la inflación se ubicó siempre arriba del 30%. En el 2017 se podían comprar 10 kilos de asado surtido.
Otra simple ecuación que se puede realizar para demostrar la devaluación del pesos argentino es compararlo con la divisa norteamericana. Con 1.000 pesos en el 2012 se compraban 229 dólares. La cotización del 16 de marzo de ese año era de $4,36.
Cinco años después, con el mismo monto se podían comprar 64 dólares. La cotización del 16 de marzo de 2017 era de $15,53. Este año, con 1.000 pesos se pueden comprar 5 dólares -y monedas-, ya que la cotización del dólar solidario llega a los $189,6.
Otras comparaciones
Excepto un breve período durante la presidencia de Néstor Kirchner -que fue desde el 2003 al 2004-, cuando la inflación estuvo por abajo de los 10 puntos, después la suba de precios siempre fue por arriba de los dos dígitos, ganándole así la carrera al retorno de los pesos ampliamente.
Desde hace más de una década que la inflación en Argentina supera los 20 puntos de manera continúa. En el 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, tocó el índice más alto de las últimas dos décadas alcanzando el 53,83%.
El año pasado el índice inflacionario estuvo en el 50,9% y se espera que este 2022 tampoco afloje. El acumulado de los dos primeros meses del año fue del 8,6%.
Un paquete de fideos de 500 gramos, pasó de $4,39 en 2012 a $59, en 2022. Con $1.000 se podían comprar 227 paquetes en aquel entonces y ahora apenas 16 paquetes. Este es uno de los productos de la canasta básica de los argentinos que tuvo un incremento del 1243%. En 2017, su precio era de $16,99 y se podían comprar 58 paquetes.
Una botella de gaseosa de 2 litros y cuarto de primera línea, en 2012 salía $8,01 y con mil pesos se podían comprar 124 botellas. Con el mismo monto en 2017 se podían comprar 26 botellas ($38,40 por botella) y en la actualidad tan solo 3 botellas, ya que su valor por unidad es de $279. Las bebidas colas tuvieron un incremento grotesco y en una década su aumento fue del 3.383%.
La leche, un producto que no puede faltar en la mesa de todas las familias argentina también sufrió subas devastadoras. En 2012 se podían comprar 257 litros de leche con $1.000, el precio del sachet era de $3,88. La galopante inflación que sufre el país desde hace décadas hizo que en 2017 se puedan comprar tan solo 60 litros ($16,49 por sachet), cuatro veces menos que cinco años atrás.
En la actualidad, con ese mismo monto se pueden adquirir solamente 11 litros de leche ($86 por unidad). En una década el aumento de este alimento indispensable fue de 2116%. El Tribuno Salta