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Javier Milei usará su relación política con Francisco para profundizar la ofensiva contra la oposición

El Presidente asume que el Papa convalidó su plan económico y que ese respaldo a la distancia puede servir para derrotar a los mandatarios provinciales que hundieron su Ley Ómnibus y rechazan el programa de ajuste

Javier Milei asume que Francisco apoya su programa económico, tras el cónclave que protagonizaron durante setenta minutos en la Biblioteca Papal. Esa conclusión personal es el argumento político que desplegará el Presidente para profundizar la poda de los fondos nacionales que llegaban vía procedimiento discrecional a los gobernadores de todos las afinidades partidarias.

-¿Cuál es su balance de la reunión que mantuvo con el Papa?-, preguntó Infobae.

-El Papa se mostró satisfecho por el programa económico y su contención social-, contestó Milei.

Francisco tiene conexiones en todos los ámbitos políticos del país y la lectura presidencial acerca del resultado del encuentro de ayer tendrá una rápida ratificación o desmentida con el correr de los días.

Milei hace un cálculo político de difícil aplicación a la crispada coyuntura del país: si el Papa respaldó su plan, por qué los movimientos sociales de origen peronista, los gobernadores vinculados a Unión por la Patria y los intendentes y sindicalistas que han llevado alfajores a Santa Marta, continuarían cuestionando su programa económico.

La respuesta es una obviedad. La oposición no creerá en la interpretación que hizo Milei respecto al resultado que le asigna a la audiencia y, a su vez, los gobernadores, intendentes, gremialistas y líderes sociales tienen agenda propia y defienden sus intereses sectoriales.

Aunque cuestiona las distintas interpretaciones marxistas de la realidad, Milei utiliza las categorías políticas de Antonio Gramsci para apalancarse en los resultados positivos de su cónclave con Francisco. El presidente rechaza un bloque dominante y busca explicar a un sector importante de la sociedad – ya en contra del discurso monopólico de una clase-, que si el Papa respaldó su programa eso implica que es bueno, justo y necesario.

El jefe de Estado pretende que la opinión pública derrote a los mandatarios provinciales y sus aliados que se oponen al recorte del gasto nacional para mantener el déficit cero de enero, una hipótesis de trabajo de muy compleja ejecución porque en el sistema democrático la sociedad termina dependiendo de los votos en el Congreso.

Milei adelantó en Jerusalén y Roma a este enviado especial que continuará pisando las transferencias discrecionales a las provincias, y que los gobernadores deberían aceptar su lógica económica para llegar a un pacto político que se asiente -únicamente- en lograr el equilibrio de las cuentas públicas.

En definitiva, el presidente exhibe un pensamiento circular que no le permite inclinar la correlación de fuerzas. La oposición tiene más diputados, senadores, intendentes y gobernadores que el oficialismo, y esa asimetría de poder no se resuelve con el eventual apoyo de Francisco.

Desde esta perspectiva, Milei sólo podría inclinar la balanza a favor, si el Papa anuncia que viene a la Argentina en 2024. En este contexto, el presidente podría alegar que la visita de Francisco es una señal clara de apoyo a su programa de Gobierno. Una situación que no sucedió durante las administraciones de Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández.

Con todo, la estrategia de Milei no sólo enfrenta el peso propio del peronismo en la oposición. También debe superar sus singulares intrínsecas para articular la decisión presidencial con la táctica que tratan de aplicar el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro Guillermo Francos y el diputado Martín Menem. Durante la Ley Ómnibus no hubo conexión, y al final, la iniciativa chocó contra el recinto de la Cámara baja.

A su vez, el gobierno de la Libertad Avanza está en un debate interno respecto a la alianza que pretende cerrar con el PRO, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, que a esta altura del año ya son entidades partidarias cuasi diferentes. Las tres facciones tienen pensamiento distinto, y pretenden diferentes beneficios políticos al momento de cerrar una coalición sui generis con Balcarce 50.

Milei llegará mañana desde Roma convencido de poder aplicar su flamante relación con Francisco a la compleja pulseada que tiene con la oposición. Por ahora, el Papa pudo probar el milagro que le permitió canonizar a “Mamá Antula”.

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