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El Pais y El MundoGenerales

Secuestros, violencia, seis esposas, 23 hijos y lujo extravagante: las dos caras del jeque que creó la “marca” Dubai

El jeque de Dubai y Primer Ministro de Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Rashid Al Maktoum, junto a su ex esposa la princesa Haya bint al-Hussein of Jordan.

 

 

 

«Estoy grabando este video desde un baño, porque es la única habitación con una puerta que puedo bloquear. (…) Soy una rehén y esta villa se ha convertido en una cárcel. Todas las ventanas están cerradas con rejas, no puedo abrir ninguna», afirma la mujer en el video.

 

Está sentada contra el fondo de una pared beige con una franja negra. Habla en voz baja con un tono que no logra disimular el miedo.

 

La persona en cuestión es Latifa al-Maktoum, la hija del jeque de Dubai y Primer Ministro de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed al-Maktoum, que está recluida en el país luego de que en 2018 tratara de huir tras acusar a su padre de maltratos y violencia.

 

 

 

 

 

El periplo de la mujer comenzó el 24 de febrero de 2018, cuando se subió a una lancha inflable junto a quien había sido su instructora de artes marciales para huir de Dubai. Ambas navegaron hasta aguas internacionales, donde las esperaba un yate que operaba bajo la bandera de EE.UU..

 

Ocho días después, frente a las costas de la India, la embarcación fue interceptada por un «grupo comando». Los efectivos usaron granadas de humo y detuvieron a ambas mujeres. Luego, devolvieron a Dubai a la hija del jeque. Desde entonces, nadie sabe donde está.

 

En otro tramo de la grabación, que fue difundida recientemente por la BBC, la joven agregó además que «todos los días se preocupa por su vida», y que no sabe «si va a sobrevivir».

 

Es la primera noticia que se tiene de la mujer de 35 años luego de casi 3 años. Según sus amigos, grabó esos mensajes «durante varios meses» en secreto, pero las comunicaciones «se han detenido».

 

La aparición del video supone un nuevo golpe para la imagen de Mohamed bin Rashid al-Maktoum, el emir de 71 años que convirtió a Dubai en una ciudad global y supo cultivar una imagen de líder árabe liberal con visión de futuro.

 

Sin embargo, los escándalos familiares han erosionado su estatus y dejado en evidencia un patrón de conducta que se lee casi como un manual del terror psicológico.

 

 

 

 

 

De país petrolero a meca del turismo de lujo

 

Hasta hace algunos años, Mohamed bin Rashid al-Maktoum brillaba impoluto y lejos de los escándalos.

 

Es que el jeque era una historia de éxito. Fue el responsable de convertir a Dubai en una marca global, un proceso de 40 años mediante el cual pasó de ser un pueblo de pescadores a convertirse en una meca del turismo internacional célebre por su lujo extravagante.

 

Al igual que la gran mayoría de los países de la región, no se puede explicar la evolución de Dubai sin mencionar el petróleo. El reino empezó su crecimiento gracias al descubrimiento de sus pozos en la década del 60.

 

Sin embargo, fue menos afortunado que algunos de sus vecinos: sus reservas terminaron siendo bastante más chicas de lo esperado, lo que los obligó a investigar de formas aceleradas alternativas para diversificar su economía.

 

Fue su actuación dentro de este proceso lo que catapultó al estrellato a Mohamed al-Maktoum, el jeque nacido en Dubai y educado en Inglaterra e Italia. Tras su estadía en el extranjero, asumió su primer cargo en el gobierno emiratí en 1971.

 

Llegó al cargo de Primer Ministro del reino en 2006 tras la muerte de su hermano, Maktoum bin Rashid al-Maktoum.

 

Si bien el reino llevaba varias décadas embarcado en esta transición, puede decirse que el punto de partida formal fue en 2007 con el lanzamiento de la Estrategia Gubernamental de Dubai. Este proyecto encabezado por al-Maktoum resultó ser la hoja de ruta para emprender un camino donde la apuesta al turismo global de lujo se convirtió en un punto central.

 

Hay que decir que el jeque no solo se empeñó en los aspectos políticos. Su habilidad empresaria estuvo detrás de algunos de los logros más emblemáticos del reino: el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, el Ski Dubai, una pista de esquí artificiales y el Palm Islands Project, una serie de archipiélagos construidos de forma artificial en forma de palmera.

 

La escala y la ambición de este proyecto logró atraer a figuras de renombre mundial. Desde Brad Pitt y David Beckham hasta Naomi Campbell, todos querían su isla artificial en el reino.

 

Mohamed al-Maktoum fue también el responsable de la creación Emirates Airlines, la cuarta aerolínea más grande del mundo y la más grande de Medio Oriente.

 

El jeque convirtió a Dubai en una marca global a fuerza de un golpe publicitario tras otro. Logró establecer un torneo de tenis de la ATP y ha convocado a figuras emblemáticas del espectáculo y el deporte, desde Novak Djokovic y Cristiano Ronaldo hasta Madonna y Elton John.

 

La fortuna personal del jeque es también cuantiosa. Estimada en alrededor de 14 mil millones de dólares, la revista Forbes lo rankeó alguna vez como el quinto monarca más rico del mundo.

 

Es conocido por ser un entusiasta criador de caballos. Posee además un yate llamado Dubai, que es uno de los más grandes del mundo.

 

El barco mide 162 metros de largo y puede albergar hasta 115 personas. Tiene un salón en el cual pueden cenar 90 personas y una pileta de natación de 10 metros de largo.

 

También cuenta con una discoteca, un cine, 20 motos de agua, un submarino y una cancha de squash.

 

Más allá de sus logros, la imagen del emir empezó a resquebrajarse en 2018 cuando se supo que su hija que buscaba huir del reino había sido atrapada por su padre y obligada a volver.

 

Pero este no es el único escándalo en que se ha visto envuelto el jeque.

 

En 2001, un instructor de equitación de una hija del jeque lo acusó de haber secuestrado a la mujer, que en ese momento vivía en Inglaterra, para llevarla de vuelta a Dubai. Un tribunal británico lanzó una investigación en torno a la cuestión, pero no pudo hallar evidencias sólidas en torno al tema.

 

En 2006, fue acusado de haber alentado el secuestro y la esclavitud de cientos de niños a los que el reino empleaba como jockey en carrera de camellos.

 

Sin embargo, el golpe más severo a su reputación llegó en 2019 cuando una de sus esposas, llamada Haya bint Al Hussein, decidió abruptamente huir del reino junto a las dos hijas que tuvo con él.

 

Desde Londres, entabló una demanda de divorcio contra el jeque y sacó a la luz una cara que hasta entonces el hombre fuerte de Dubai había logrado mantener siempre en las sombras.

 

 

 

La huida que prendió el ventilador

 

Si bien no hay datos sobre la vida personal del jeque en la página oficial del reino, hay algunos datos que se conocen. Tiene al menos 6 esposas y 23 hijos. Su primera esposa, y la madre de 12 de sus hijos, fue una prima hermana.

 

Desde el comienzo de su relación, quedó claro que Haya bint Al Hussein era radicalmente diferente a las otras cinco esposas del jeque. Por empezar, la versión oficial dice que se enamoraron a partir de su pasión común por los caballos, una singularidad en una región donde los matrimonios arreglados aún son comunes.

 

Al Hussein es también miembro de la realeza desde nacimiento: su padre era el rey Hussein, de Jordania. La mujer y Mohamed al-Maktoum se casaron en 2004. Tienen una hija nacida en 2007, y un hijo nacido en 2012.

 

Al Hussein se mostró siempre como alguien autónomo que desafiaba el férreo mandato que existía sobre las mujeres. Educada en Oxford, era evidente que no iba a aceptar el destino de la reclusión.

 

Se dejaba ver en público y a cara descubierta junto a su marido. Tenía, además, una vida por fuera de la dinámica estatal, tanto en la ONU como en diversas ONGs.

 

Fue en julio de 2019, luego de que al-Maktoum apareciese solo en un evento ecuestre, que se empezó a rumorear sobre el estado de la pareja y el paradero de la mujer.

 

No hubo que esperar mucho para que llegase la confirmación de que Al Hussein había huido de Dubai junto a sus dos hijos y que estaba en Londres. Desde allí le pidió el divorcio a su ex esposo, un hecho que causó conmoción en el país.

 

Se sabe ahora que la mujer jordana sufrió múltiples instancias de tormento a manos de su marido y de su aparato de seguridad, y que el secuestro de su hija Latifa al-Maktoum perpetrado por el jeque fue un punto de inflexión para el desencadenamiento de la situación.

 

Según el diario El País, de España, en un principio la esposa del jeque aceptó la versión de su marido de que había rescatado a su hija de un intento de extorsión.

 

Haya bint Al Hussein habría recurrido a una colega de la ONU para que hablara con la joven e intentara acallar los rumores de que estaba siendo retenida contra su voluntad.

 

El resultado, sin embargo, fue absolutamente contrario. La mujer descubrió la verdad sobre la situación: que su marido había secuestrado a su hija y la mantenía cautiva para que no pudiera alejarse de él.

 

En marzo de 2020, un juez británico le otorgó un primer triunfo a la mujer. En un escrito, dio por válidas las acusaciones de secuestro y violencia perpetrados por su marido contra las mujeres de su familia.

 

Entre otras cosas, estableció que el jeque «ordenó y orquestó el retorno obligado de su hija Latifa a la casa familiar en Dubai» en dos ocasiones: la primera fue en junio de 2002, mientras que la segunda fue en febrero de 2018.

 

«En 2002 el retorno se produjo desde la frontera de Dubai con Omán, mientras que en 2018 se hizo con un comando armado en el mar cerca de la costa de la India», describió la sentencia.

 

El juez también resalta que en agosto de 2000 el emir organizó el «secuestro» de su hija Shamsa para llevarla desde el Reino Unido a Dubai.

 

Así validó la huida del país de Al Hussein e hizo público las múltiples instancias de violencia que sufrió la mujer, una instancia que el jeque buscó bloquear por todas las vías posibles.

 

Según este escrito, al menos en dos ocasiones, Al Hussein encontró un arma colocada sobre su almohada sin el seguro. En otra instancia, un helicóptero aterrizó en su jardín y la amenazaron con llevarla a una prisión en el desierto.

 

La mujer también afirmó haber recibido numerosos mensajes anónimos que la amenazaban con quitarle sus hijos.

 

A pesar de esto, la historia no ha concluido, ya que todavía falta determinar la custodia de los hijos de la pareja. Es innegable, sin embargo, que la sentencia es un golpe brutal a la reputación del jeque. /Clarín

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