Las cancelaciones diarias de vuelos en Estados Unidos han superado por primera vez las 2.000, un hecho que coincide con el inicio de los recortes de vuelos debido al cierre del gobierno federal. Estas reducciones comenzaron el pasado viernes con una disminución del 4%, que se incrementará hasta el 10% para el 14 de noviembre y se aplican entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche, afectando a todas las aerolíneas comerciales.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que el tráfico aéreo podría verse afectado de manera significativa si el cierre se prolonga hasta la ocupada temporada de viajes de Acción de Gracias. La Administración Federal de Aviación (FAA) implementó recortes en los aeropuertos más transitados del país, debido a que varios controladores de tráfico aéreo, que no han recibido su sueldo durante casi un mes, han dejado de presentarse a trabajar.
El Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson en Atlanta fue el más afectado el domingo, con 173 cancelaciones, seguido por el Aeropuerto Internacional Newark Liberty en Nueva Jersey, que reportó 115. La FAA indicó que la escasez de personal en Newark y el Aeropuerto LaGuardia de Nueva York ha provocado retrasos promedio de salida de aproximadamente 75 minutos.
El Aeropuerto Metropolitano de Wayne en Detroit se encontraba mayormente vacío el domingo por la mañana, con tiempos de espera mínimos en los controles de seguridad, mientras que los tableros de salidas y llegadas mostraban numerosos retrasos y cancelaciones. Duffy ha señalado que podrían ser necesarios recortes adicionales, tal vez hasta un 20%, si los controladores continúan sin recibir su salario por segunda vez consecutiva.
“Cada día menos controladores vienen a trabajar, cuanto más tiempo pasan sin un cheque de pago”, afirmó Duffy en una entrevista. Se preparó a la población estadounidense para lo que podrían enfrentar durante la próxima temporada de vacaciones. “Al mirar dos semanas hacia adelante, a medida que nos acercamos a los viajes de Acción de Gracias, creo que el tráfico aéreo se reducirá a cuentagotas”, añadió.
Duffy también comentó que, con “muy pocos” controladores trabajando, solo habrá algunos vuelos despegando y aterrizando, lo que resultará en miles de cancelaciones. “Habrá una interrupción masiva. Creo que muchos estadounidenses estarán molestos. Debemos ser honestos sobre hacia dónde va esto. No mejora”, concluyó.
La escasez de controladores ha sido un problema persistente en el gobierno, y varias administraciones han intentado convencer a aquellos que están cerca de la jubilación para que permanezcan en sus puestos. Duffy indicó que el cierre ha empeorado la situación, llevando a algunos controladores a acelerar su jubilación. “Hasta 15 o 20 al día se están jubilando”, aseguró.
En medio de esta crisis, Duffy recibió un mensaje del secretario de Defensa con una propuesta para prestar controladores de tráfico aéreo militares, aunque no está claro si estos poseen la certificación necesaria para operar en sistemas civiles. El secretario de Transporte rechazó las acusaciones de que las cancelaciones son una táctica política, defendiendo que los recortes son imprescindibles para garantizar la seguridad en un sistema saturado.
Desde el 1 de octubre hasta el 7 de noviembre, la falta de controladores ha impactado a más de 4 millones de pasajeros en aerolíneas estadounidenses, según datos de Airlines for America. El grupo comercial informó que los retrasos relacionados con la escasez de personal de control de tráfico aéreo superaron las 3.000 horas, siendo esta la cifra más alta desde el inicio del cierre.
