En una reciente entrevista con Canal E, el analista político Gustavo González abordó las tensiones internas que afectan al PRO y su complicada interacción con La Libertad Avanza. Según González, el partido está en una encrucijada, indicando que “el PRO está definiendo sus horas cruciales”.
El analista recordó que el PRO se originó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, evolucionó, se expandió a nivel nacional y alcanzó posiciones clave en el país; sin embargo, su influencia actual parece desvanecerse.
González explicó que Mauricio Macri busca mantener la identidad del PRO mientras se alinea con Milei, aunque esto representa un dilema: “Si se mantiene independiente, puede quedar fuera del mapa electoral; si se alinea con Milei, pierde identidad”. Además, destacó que el electorado del PRO y de La Libertad Avanza es el mismo, lo que limita las posibilidades de supervivencia del partido como fuerza autónoma.
Sobre la reciente reunión entre Macri y Milei, González observó que la relación entre ambos líderes “no atraviesa su mejor momento”. Recordó que tras el encuentro, Macri hizo comentarios irónicos sobre líderes incapaces de debatir desde diferentes perspectivas, lo que marcó un distanciamiento político entre ellos.
En cuanto a la gobernabilidad, el analista advirtió que el Gobierno carece de quórum propio en el Congreso, lo que representa un obstáculo significativo. “Pecar de soberbia sería el peor error del Gobierno Nacional, ya que cada vez que se enfrentó a todos, las leyes no avanzaron”, afirmó.
González subrayó que Milei debe establecer canales de diálogo más amplios, no solo con el PRO, sino también con gobernadores del peronismo y el kirchnerismo, si desea avanzar con legislaciones clave, como la designación de miembros de la Corte Suprema.
El analista clasificó a los mandatarios provinciales en tres grupos: “Los negros”, con los que no habrá diálogo, como Buenos Aires y La Rioja; “los grises”, que podrían llegar a acuerdos; y “los blancos”, que ya están alineados con el Gobierno. En este contexto, destacó el papel de Diego Santilli, quien deberá trabajar para alcanzar consensos sobre leyes sensibles como el presupuesto y la reforma impositiva.
Finalmente, al reflexionar sobre la reciente “foto” del Gobierno con 20 gobernadores, González enfatizó que “la política no es una foto, es una película”. Aseguró que mientras la economía funcione, los gobernadores estarán más predispuestos a colaborar, pero a medida que se acerque la carrera presidencial, los alineamientos serán más complicados. En cuanto al debate por el presupuesto de 2026, González concluyó que “será aprobado, aunque las leyes impositivas y laborales serán mucho más complejas”, afirmando que el Gobierno “ya no tiene margen para gobernar sin consensos”.
