El peronismo de Neuquén se encuentra en una encrucijada después de los resultados adversos en las elecciones del 26 de octubre. La representación del partido en la provincia ha disminuido considerablemente, pasando de nueve diputados a solo tres en el ámbito provincial, lo que ha generado un llamado a la reflexión entre sus dirigentes sobre la necesidad de un cambio generacional.
Las internas del partido, programadas para marzo del próximo año, son vistas como una oportunidad para reorganizar sus filas. La situación actual ha llevado a muchos a cuestionar la gestión de Darío Martínez, quien renunció a la presidencia del partido poco antes de la creación del frente Fuerza Patria, y de Oscar Parrilli, líder histórico del peronismo en la provincia.
Las críticas hacia Parrilli se centran en su aparente resistencia al recambio generacional y su tendencia a seguir las directrices del PJ nacional, lo que ha llevado a un desapego de los espacios de discusión en la provincia. En un contexto donde el peronismo nunca ha alcanzado la gobernación de Neuquén, la falta de un plan político claro ha sido un punto focal de las quejas.
Por otro lado, Martínez enfrenta críticas más inmediatas por no haber escuchado a los militantes, especialmente a aquellos del interior, y por no fomentar un ambiente de discusión que mantenga activa la militancia. Este distanciamiento ha contribuido a que el partido toque un piso electoral que no se veía desde 2013.
En medio de este panorama, las corrientes disidentes del peronismo han comenzado a hacerse notar. César Godoy, referente sindical de la UOCRA, ha sido vocal en su rechazo a la conducción actual, responsabilizando a Parrilli y Martínez por no activar los mecanismos democráticos del partido y por las decisiones tomadas desde Buenos Aires, en lugar de contar con la participación local.
Las próximas internas se perfilan con cuatro corrientes en competencia. La primera es la de Martínez, cuya renuncia ha debilitado su posición, seguida por la de Parrilli, quien ha decidido no postularse para renovar su banca en el Senado. La tercera corriente es la de Godoy, que busca promover un recambio generacional y que ha demostrado su fuerza en las elecciones recientes.
Finalmente, la Corriente Peronista de Base está emergiendo como una fuerza opositora a la conducción tradicional, buscando reactivar el partido y formar nuevos candidatos que estén preparados para gobernar. Aunque aún no han definido una lista específica, están en diálogo con Godoy para considerar una lista conjunta.
La situación del peronismo en Neuquén es crítica y requiere un replanteamiento profundo para recuperar su relevancia en la política provincial. Las próximas internas serán decisivas para determinar el futuro del partido en la región.
